En su "mini-editorial" trata de plantear la idea de que todavía es posible negociar con el gobierno si no se le presiona. Es decir, la oposición apoya algunos puntos de la Ley de Educación y el gobierno cede y retira otros que la oposición rechaza... ¿Nos lo creemos? Y aunque el diputado Acuña fuese tan "sensato y abierto al diálogo" como Boccanegra afirma, ¿depende de él exclusivamente la inclusión de las propuestas de la oposición? Por otro lado, con el actual funcionamiento de la Asamblea Nacional, ¿podemos esperar un debate serio?

En cuanto a la "compatibilización de educación y trabajo (por cierto, cara a algunos de los más grandes pedagogos del mundo)", ¿desde cuándo cargar a los estudiantes con trabajo además de estudios es magnífico desde el punto de vista pedagógico?

El lamentable nivel de "mini-crónicas" como ésta se debe la total dicotomía del periodista. Por un lado denuncia casi a diario el sometimiento de todos lo poderes públicos a los deseos del presidente y, por otro lado, afirma que todavía es posible "dialogar" con quienes no tienen interés en hacerlo y responden sólo al Ejecutivo. También podemos adivinar un prejuicio anti-liberal pero nos gustaría esperar para darle más cuerda y opinar con más propiedad.

ACTUALIZACIÓN: En su columna de hoy (28/06/05) Boccanegra arremete contra... la Asamblea Nacional por aprobar el asalto a mano armada y en despoblado que representa la ley que faculta al Ejecutivo para disponer de las reservas internacionales del Banco Central. Pero en su artículo de ayer la Asamblea si tendría independencia de criterio a la hora de debatir la Ley de Educación...