Como se repite el tema, se repiten las ideas. En el Topos Uranus teodoriano es recurrente la referencia a la "mayoría de edad" latinoamericana, ese glorioso período "histórico" que se desarrolla ante nuestros propios ojos y que está redefiniendo las relaciones de latinoamérica con el "imperio", etc., etc., etc.

Pero atribuir el rechazo a una propuesta de EEUU, como lo hace en su editorial de hoy, a una supuesta madurez política de los países de América Latina luce más bien apresurada. Otros factores de mucho peso tanto a nivel mundial como continental están influyendo en los hechos que concluyen en el supuesto reto y desaire a los EEUU, desde el cambio de estrategia exterior norteamericana que, relativamente, lo "debilita", como una agresiva estrategia neo-imperialista (1,2,3) que puede forzar las votaciones en la OEA.

Aparte de todo esto el instinto de conservación político prevaleció ampliamente. ¿Qué mandatario latinoamericano se va a poner la soga al cuello voluntariamente? Un precedente como la Carta Democrática Interamericana, propuesta por un Perú recién liberado de Fujimori, se convirtió rápidamente en papel mojado pues fue encontrando todo tipo de obstáculos para su aplicación práctica. Pero unos EEUU abocados al cumplimiento de su propuesta, ya es otra cosa muy diferente.